Primera parte
Siempre habrá un lugar inocente
donde volver.
Tiene que haberlo.
1.11.08
Trenes
1
Ventanilla hacia lo vasto.
Mi corazón
corre más rápido que los postes de luz.
Trajinar de engranajes
que acelera el encuentro.
Mi abuelo y su sonrisa me esperan.
2
Polvo en el camino.
Vaca muerta.
El tren se aleja.
Alma de tierra plana
y despojada.
Algún rumor
la acaricia a veces.
3
Adormecida
me dejo arrastrar
por este animal viejo y herrumbroso.
Dragón gastado de distancias,
de repetidos paisajes.
Bestia que llora
rítmica letanía dentada.
Adormecida
contemplo alguna nube
una casa a lo lejos
una arboleda.
Entonces
el tren
suspira.
1
Ventanilla hacia lo vasto.
Mi corazón
corre más rápido que los postes de luz.
Trajinar de engranajes
que acelera el encuentro.
Mi abuelo y su sonrisa me esperan.
2
Polvo en el camino.
Vaca muerta.
El tren se aleja.
Alma de tierra plana
y despojada.
Algún rumor
la acaricia a veces.
3
Adormecida
me dejo arrastrar
por este animal viejo y herrumbroso.
Dragón gastado de distancias,
de repetidos paisajes.
Bestia que llora
rítmica letanía dentada.
Adormecida
contemplo alguna nube
una casa a lo lejos
una arboleda.
Entonces
el tren
suspira.
Cosas agradables.
Ventana abierta
mañana de domingo
sol en la panza
Por la mañana
ser quien primero pise
las hojas secas
Antes del trueno
el baile de las hojas
y olor a lluvia
Cuando despierto
tu pelo enmarañado
y un mate dulce
Boca con boca
respirar lentamente
hasta dormirnos
Mirarme lejos
de guardapolvo rosa
en la vereda
Las manos grandes
las canas y el silencio
de mis abuelos
En la rotonda
perseverante el vuelo
de un barrilete
Ventana abierta
mañana de domingo
sol en la panza
Por la mañana
ser quien primero pise
las hojas secas
Antes del trueno
el baile de las hojas
y olor a lluvia
Cuando despierto
tu pelo enmarañado
y un mate dulce
Boca con boca
respirar lentamente
hasta dormirnos
Mirarme lejos
de guardapolvo rosa
en la vereda
Las manos grandes
las canas y el silencio
de mis abuelos
En la rotonda
perseverante el vuelo
de un barrilete
Delicadeza
Desde la magia
suspendida en tus ojos
volvés de un beso
En mis oídos
el instante último
de tu gemido
Tu piel escucha
el roce de mi mano
y cantan juntas
De miel y vino
tu mirada que espanta
todo el silencio
Vibra en el aire
tu color de pureza
tu mansedumbre
Es tu mirada
la que besa mi infancia
me la devuelve
Viene de tu alma
ese perfume a rosas
y a hierba fresca?
Como el rocío
Como el agua que corre
En transparencias
Tu mirada dibuja
Senderos de inocencia
Desde la magia
suspendida en tus ojos
volvés de un beso
En mis oídos
el instante último
de tu gemido
Tu piel escucha
el roce de mi mano
y cantan juntas
De miel y vino
tu mirada que espanta
todo el silencio
Vibra en el aire
tu color de pureza
tu mansedumbre
Es tu mirada
la que besa mi infancia
me la devuelve
Viene de tu alma
ese perfume a rosas
y a hierba fresca?
Como el rocío
Como el agua que corre
En transparencias
Tu mirada dibuja
Senderos de inocencia
Seda (haiku completo)
Bajo su falda
la noche esconde y cuida
a los amantes
Tacos de aguja
la luna en celo aguarda
agazapada
Algo en el aire,
materia de perfume
entre las sombras
Húmedo cuenco
la noche abre sus piernas
para el encuentro
Como gimiendo
inesperadamente
la mano llega
Seda que cae
en volutas girando
y abriga el suelo
Arqueado cuello
dedos que ya adivinan
su arquitectura
Boca que espera
la lengua demorada
en el ombligo
Tensa la espalda,
sedientos de saliva
los huesos claman
Hilos de luna
teje la boca lenta,
por fin el beso
Sobre la hierba
puntillas coloradas
se sueñan flores
Vientre con vientre
respiraciones crecen
en marejadas
Grillos y sapos,
suena un creciente arrullo
para la danza
Grita la tierra
una mano se hunde
y la rasguña
Cesa la brisa
silencio entrecortado
una escultura
Por el sendero
brillan huellas de tacos,
cielo sin luna
Con los amantes
la noche sueña hijos
bajo su falda.
Bajo su falda
la noche esconde y cuida
a los amantes
Tacos de aguja
la luna en celo aguarda
agazapada
Algo en el aire,
materia de perfume
entre las sombras
Húmedo cuenco
la noche abre sus piernas
para el encuentro
Como gimiendo
inesperadamente
la mano llega
Seda que cae
en volutas girando
y abriga el suelo
Arqueado cuello
dedos que ya adivinan
su arquitectura
Boca que espera
la lengua demorada
en el ombligo
Tensa la espalda,
sedientos de saliva
los huesos claman
Hilos de luna
teje la boca lenta,
por fin el beso
Sobre la hierba
puntillas coloradas
se sueñan flores
Vientre con vientre
respiraciones crecen
en marejadas
Grillos y sapos,
suena un creciente arrullo
para la danza
Grita la tierra
una mano se hunde
y la rasguña
Cesa la brisa
silencio entrecortado
una escultura
Por el sendero
brillan huellas de tacos,
cielo sin luna
Con los amantes
la noche sueña hijos
bajo su falda.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)