1.11.08

La osadía - Selección de poemas de su primera y segunda parte

Primera parte

Siempre habrá un lugar inocente
donde volver.
Tiene que haberlo.
Gato al acecho
tus ojos arañan
las curvas de mi cuerpo tenso

Horizontes de palabras
empapados en obsceno jugo

Gato al acecho
mordé mi corazón,
hoy no duele.
La cita

Porque no sabe
del placer que me provoca su encuentro

No conoce mi ansiedad
no sabe que me voy a entregar a él,
que yo voy a jugar su juego

El no sabe que me salva…

En la mesa de luz
me espera el libro.
Quedarse a vivir en Oz no es sano,
tanto paraíso espanta.
Lenta canoa de besos
demorada en las orillas de su cuerpo.
Trenes

1

Ventanilla hacia lo vasto.
Mi corazón
corre más rápido que los postes de luz.

Trajinar de engranajes
que acelera el encuentro.

Mi abuelo y su sonrisa me esperan.

2

Polvo en el camino.
Vaca muerta.
El tren se aleja.

Alma de tierra plana
y despojada.

Algún rumor
la acaricia a veces.

3

Adormecida
me dejo arrastrar
por este animal viejo y herrumbroso.

Dragón gastado de distancias,
de repetidos paisajes.
Bestia que llora
rítmica letanía dentada.

Adormecida
contemplo alguna nube
una casa a lo lejos
una arboleda.

Entonces
el tren
suspira.
Saloncito de barrio
donde caen lentejuelas
como lágrimas,
donde se arrastran charoles
como barcos.


Saloncito con guirnaldas
lujito de fabriqueras
altar de la gomina
y el percal.

Saloncito
donde el corazón de trapo
hace gambetas.
Un barquito de papel
que arrastre lejos
tu tristeza de muñeca sola.
Rojo
pero no de rosas
de fuego
de sangre

Rojo bicicleta
palangana y balde
rojo chancleta
remera en el tendal
crayón
pincel gastado
tapizado
rojo bombacha
en el borde del colchón.
Pero ya no hables!
Tu cuerpo me está por contar
un secreto.
Empeine
o tobogán
de mi mano que espera.
En tu pie que duerme
reposa tu niñez resplandecida.
Ésta que mira
no es la que ves mirar,
soy la que está
detrás de mis ojos.
Noche lenta y plana.
Silencio de grillos.
Mi corazón reposa
en tu pie besado.
Congelar el instante
en el que tu pie gime
desde el empeine tenso.
Mano
no racimo
no manojo
no puñado.

Mano armazón
que arma y desarma.

Mano sostén
que contiene y vuelca.

Mano que transporta un corazón,
acariciando.
Rendición
de rodilla que cae
desde el alma
hasta la tierra seca.
No yacemos con la derrota

Ella nos deja de rodillas
para que sepamos
que nunca
se termina
la
caída.
¿Y es que no se ve
que la rodilla carga
el peso del alma?
No ves que de rodillas lloro?
Que sangran mi derrota?
Que se disuelven
en la impotencia del desencanto?

No ves mis rodillas
clavadas en la tierra
ahora que te miro y hablo
en este café?
Dormida,
tu abierta espalda me provoca
a zambullirme en tus omóplatos.
Aferrate a los barrotes de la cama,
arañá la pared,
mordé la almohada,
te voy a acariciar lentamente
hasta que mueras.
Segunda parte (haykus)

Plomo en el cielo
en la tierra gritos.
Plomo en la tierra.
Morder la lluvia
tragar esta mañana
sin masticarla

Dentro del pecho
hay un barco que ansía
su marejada

Mojado y solo
por la calle se pierde
algún fantasma

En otros tiempos
muchos sapos hubieron
y también grillos

Y es que sin sapos
la lluvia no es la misma
y yo tampoco.
Cosas agradables.

Ventana abierta
mañana de domingo
sol en la panza


Por la mañana
ser quien primero pise
las hojas secas


Antes del trueno
el baile de las hojas
y olor a lluvia


Cuando despierto
tu pelo enmarañado
y un mate dulce


Boca con boca
respirar lentamente
hasta dormirnos


Mirarme lejos
de guardapolvo rosa
en la vereda



Las manos grandes
las canas y el silencio
de mis abuelos



En la rotonda
perseverante el vuelo
de un barrilete
Delicadeza

Desde la magia
suspendida en tus ojos
volvés de un beso


En mis oídos
el instante último
de tu gemido


Tu piel escucha
el roce de mi mano
y cantan juntas


De miel y vino
tu mirada que espanta
todo el silencio


Vibra en el aire
tu color de pureza
tu mansedumbre


Es tu mirada
la que besa mi infancia
me la devuelve


Viene de tu alma
ese perfume a rosas
y a hierba fresca?





Como el rocío
Como el agua que corre
En transparencias
Tu mirada dibuja
Senderos de inocencia
Tanka

En el florero
languidece tu rosa
botín saqueado
mi corazón padece
pena de muertas cosas.
Seda (haiku completo)

Bajo su falda
la noche esconde y cuida
a los amantes

Tacos de aguja
la luna en celo aguarda
agazapada

Algo en el aire,
materia de perfume
entre las sombras

Húmedo cuenco
la noche abre sus piernas
para el encuentro

Como gimiendo
inesperadamente
la mano llega


Seda que cae
en volutas girando
y abriga el suelo


Arqueado cuello
dedos que ya adivinan
su arquitectura

Boca que espera
la lengua demorada
en el ombligo

Tensa la espalda,
sedientos de saliva
los huesos claman

Hilos de luna
teje la boca lenta,
por fin el beso

Sobre la hierba
puntillas coloradas
se sueñan flores

Vientre con vientre
respiraciones crecen
en marejadas


Grillos y sapos,
suena un creciente arrullo
para la danza

Grita la tierra
una mano se hunde
y la rasguña

Cesa la brisa
silencio entrecortado
una escultura

Por el sendero
brillan huellas de tacos,
cielo sin luna

Con los amantes
la noche sueña hijos
bajo su falda.